viernes, 29 de diciembre de 2006

Tomándonos Lenga

En medio de su creación Dios nos da la liberación


Domingo 12 de Febrero
Era justo el día después de nuestra misión "Terrorismo Santo", y como es uno de nuestros objetivos "Salir de las cuatro paredes" salimos a un lugar llamado "Lenga", es una caleta, lugar de turismo.
Al llegar a ese lugar Fabián nos invita hacer una  predicación en las calles. Empezamos con algunas alabanzas y luego el mensaje DUNAMICO.

De pronto sale una locura: Hacer "Terrorismo Santo" pero no en la calle, sino en la misma playa de ese sector... viento en popa nos bajamos a la playa y cantando y proclamando que Jesús Vive nos fuimos retirando a un lugar mas apartado para escudriñar las escrituras.

Dios nos tenia preparado muchas cosas.
Después empezamos a sacar aquellos dotes de artista y estampamos en una pintura lo que Dios nos había regalado.
A Dios garcías por que no somos idea de lo terrenal, sino de el modelo que Él nos esta instaurando en nuestras vida¡¡¡¡¡


viernes, 3 de noviembre de 2006

Misión: "En busca de una mano"

Una estrategia buscando aquellos que pertenecen al Reino


Hualpen, Sábado 14 12:00hrs

Salíamos a abastecernos de los materiales necesarios para nuestra primera misión “En busca de una mano”, recolectando cartulinas y temperas, ya teníamos lo necesario para empezar.

14:30hrs
Llamamos a los primero chicos que aceptaron el desafió, era una reunión extraordinaria, es por eso que no todos pudimos contactarlos.

17:00hrs
Llego a nuestro punto de encuentro y hay ya estaba Katy. Mientras ella llamaba a Andrea yo iba a buscar a Fabián.
17:20hrs
Ya dentro de nuestro centro de reuniones, discutíamos como seria el plan estratégico, mientras llega Andrea, Fabián y Leslie, siguiendo el mismo orden.

El plan era el siguiente:
Ir en busca de manos, pero de una forma innovadora. 

Primero: En una cartulina blanca grande pusimos nuestras manos pintadas con tempera, esta seria nuestro trofeo de todos aquellos que aceptarían el desafió de DUNAMIS, teniendo que estampar su mano igualmente.

Segundo: En otras cartulinas de colores más chicas, estampamos nuestras manos, pero estas serian para los chicos que iríamos a buscar, quedando un escrito que diría “yo acepto el desafió DUNAMIS”

8:15hrs
Andrea es la primera en estampar su mano siguiendo Katy, leslie, Pablo Andrés, Fabián…
… esto solo era el comienzo de la misión.


Domingo 15 10:00hrs
Solo éramos dos, con un solo objetivo: Buscar aquellas manos de esperanza, de pronto llega un chico Elvis, el no venia por la misión pero sin titubear lo invitamos a ser parte de ella… acepto.

11:12hrs
Nos abrazamos y oramos a nuestro Padre Celestial… nuestro primer objetivo era Consuelo y Alison.

Si¡¡¡¡¡¡¡¡¡, aceptaron el desafió, e inmediatamente Consuelo nos acompaño a buscar otros… siguiente objetivo Rodrigo.

Acepto el desafió y junto con Elvis estamparon su manos en que seria nuestro trofeo, también nos acompañaron en busca de otros…. Siguiente objetivo Claudia de la Roza.
Pero antes nos tomamos un refrigerio en mi casa, llamamos por teléfono a quienes serian nuestros próximos objetivos.

No nos costo llegar a casa de Claudia de la Roza, quien hace poco se había cambiado, recibiéndonos con alegría acepto igualmente el desafió, dejando lo que estaba haciendo nos acompaño en nuestra próxima visita Juan (JF).

Tuvimos que caminar algunas cuadras antes de llagar… al contarle del desafió DUNAMIS, fue en busca de sus mismas pinturas y haciendo una obra de arte, estampo su mano.

Ya con otro miembro en nuestras filas, fuimos al ultimo lugar de este primera etapa de la misión… Alejandra, Karen y Eduardo.

Ellos ya conocían de la misión así que terminamos programando la segunda parte de esta… Sábado 21 a las 12:00hrs…
… esta

viernes, 1 de septiembre de 2006

Juanes en la noche



-¿Como te llamas?- respondiéndonos: Juan...


Domingo 25 de Junio
Domingo 25 de junio. Hualpén. De noche. Con unos pocos grados de temperatura. Y otros tantos de nerviosismo mal disimulado por algunos. Doce de los nuestros y todo un mundo ante ellos. Un mundo nocturno, aquí en nuestra comuna, o por lo menos en parte de ella. Con su frío característico. Además de su mala iluminación por todos conocida. La primera parada fue desacertada. Hora del Plan B. Risas, conversaciones amigables, y uno que otro chiste trataban de relajarnos. 12 jóvenes. Tratando de encontrar a esas personas que lamentablemente ya son personajes de nuestras calles. Pero esa noche no estaban. Armados con un par de termos con café, y unas bolsas con ese alimento que nos distingue, el pan, salimos a la noche. Sólo tres de ellos tenían alguna idea de lo que encontraríamos. El resto, tenía algunas expectativas. Las que fueron echadas abajo en el primer round.

De pronto, y después de rodear algunas calles, encontramos un tesoro, o tal vez, más que un tesoro. Con voz suave, le hicimos saber de nuestra inesperada visita. Una sonrisa, más imaginada que vista, afloró a sus labios. Un vaso de café más un par de panes. Y una conversación extraña. Desconocida. Y que, de tan desconocida, nos abofeteó a todos. En un momento todos nuestros prejuicios, nuestras malas ideas acerca de algunas personas, fueron golpeadas por esas simples palabras. “Gracias Señor por las bendiciones que tú me das...” y ya no fuimos nosotros. El recuerdo de las cosas que poseemos, la actitud que a veces tomamos frente a Dios, lo ingratos que siempre somos, y lo orgullosos que somos en algunas ocasiones. Todo se fue de golpe. Un par de palabras, en esos labios especiales, amados por Dios, y casi siempre olvidados e ignorados por nosotros. El recurso más fácil para demostrar nuestro arrepentimiento, las lágrimas, nos asaltó a todos. Arriba las manos y abajo y abajo todas sus cosas.

Desnudos como estábamos, y como quedamos después de aquel asalto a nuestras conciencias, oramos con él y por él. Y nos alejamos. Aún teníamos provisiones para bastantes personas más. Y encontramos a alguien más. Esta vez fue un poco más sencillo, aunque no menos impactante. Juan, otra vez. Nombres repetidos y realidades apenas diferentes. Perdidos en nuestras conversaciones nos fuimos alejando nuevamente. Ante nosotros, la bendita iluminación angelical creada por los famosos postes de nuestra ciudad. El barro de algunas calles, el agua en otras, las veredas corrompidas, con rastros de Dios sabe qué, y nosotros. Plazas, bancas, y nadie aparecía. Creímos que nuestra misión había terminado. Incluso parecía que sólo girábamos por las mismas calles. Cómo cambia nuestra comuna con el sol en el otro lado del planeta. Y cuánto nos costaba acostumbrarnos a esa oscuridad.

Juan. 4º medio cursado. 40 años. Jorge. Sin información. No logro recordar donde estábamos. Y aunque el Cerro Amarillo estaba cerca, mi orientación estaba confundida. Palabras de saludo trasnochado. Olores contaminados, pero aceptados. Otra porción de nuestro aporte. Sencillo tal vez. Sencillo, como nosotros. De acuerdo a nuestro alcance. Pero muy lejos de lo que hubiésemos querido. Gracias a Dios, su Palabra suple aquellas necesidades. Dos personas. Compartiendo un colchón apenas reconocible como tal. Ahora compartían un poco más. Y compartieron también una oración.

A escasas horas de salir, cualquier evaluación es pronta. Aún no sabemos que pensarán ellos de nosotros. Tampoco si algún día saldrán de esos lugares. Esperamos que sí. Confiamos en el poder de Dios y esperamos en su amor. Lo de anoche fue sólo el principio. Y fueron sólo cuatro personas. Si ofendimos a alguien con nuestro proceder, lo sentimos. Pedimos perdón a quien le molesten nuestras ideas. Le pedimos perdón porque esta salida, lejos de desanimarnos, nos anima a salir de nuevo. El comprobar lo fácil que es ayudar a alguien a sonreír nos anima a salir de nuevo. Desafiando a la noche y sus peligros. Desafiando nuestros prejuicios y a nuestros bolsillos. Sin embargo, confiamos en Dios. Y eso nos hace salir. Esta noche, otras personas, incluidas las mismas de anoche, dormirán detrás de un local comercial. Y debajo de un par de frazadas. Con el viento habitual y el frío más habitual aún. No te invitamos a salir. Tampoco te invitamos a colaborarnos. Eso no importa demasiado. Pero si te invitamos a oír el corazón de Dios. Te invitamos a sentir como Dios siente. Te invitamos a escuchar cómo se lamenta Dios por aquellas personas. Tú decides qué hacer.


Dunamis...